SANTUARIO DEL SEÑOR DE HUANCA
El famoso Santuario del Señor de Huanca en Cusco
Hay una imagen en Cusco, una representación de Cristo martirizado que significa toda una revolución de fe y creencia en el pueblo: el Señor de Huanca. Esta representación, que nació tras una bella historia acaecida en la localidad de San Salvador, convoca a miles de peregrinos cusqueños, nacionales e internacionales, que cada año en setiembre viajan incontables kilómetros, a fin de rendirle tributo a la venerada imagen.
El Santuario del Señor de Huanca se halla en el paraje del mismo nombre en el distrito de San Salvador perteneciente a la provincia de Calca, hasta donde los feligreses llegan a pie en un lapso aproximado de seis horas. Son 48 kilómetros que los visitantes tienen que vencer a fin de hacer penitencia y 'limpiar' sus pecados para llegar impolutos hasta el centro de oración ubicado sobre los 3,100 metros de altitud.
El día principal se celebra el 14 de setiembre de todos los años, cuando todo un gentío llega hasta el citado lugar, miles de devotos llegan a píe, mientras otros lo hacen a través de la víaCusco – San Salvador, un mar de gente pugna por entrar al templo y observar, por lo menos un instante, el rostro de Cristo, que fue pintado en roca viva en el siglo XVII.
El Señor de Huanca se caracteriza por el dramatismo con que fue representado, se halla descansando sobre un poyo, mientras recibe furiosos latigazos a manos de un 'moro', los devotos creen que en cada latigazo se puede hallar esperanza de fe y redención y que simboliza el trance que tuvo que pasar Jesús para redimir de sus pecados a la Iglesia Católica.
HUANCA ES UNA FIESTA. Manos alzadas, ramos que apuntan hacia el cielo y cientos de creyentes que pugnan por recibir la bendición del párroco durante las misas y llegar a ser rociados con agua bendita, directamente extraída desde el nevado Pachatusán, apu tutelar del lugar y cuyas aguas discurren por todo el paraje. La peregrinación a Huanca es toda una fiesta, las personas que asisten se preparan con mucho tiempo de antelación y alistan los artículos, imágenes y hasta vehículos que van a bautizar, es que, la creencia popular dice que los logros de las personas no van a durar, o no lo suficiente, si es que no son bendecidos por el Señor de Huanca, es por ello que cada año se ve llegar gente de todos los rincones de Sudamérica, llevando a sus hijos, sus títulos profesionales y hasta sus autos para ser bendecidos.
LA HISTORIA. Corría el año 1675 en Cusco y el Virreinato se hacía sentir con más fuerza y mayor crueldad cada vez; cerca a la localidad de Huanca existía una mina, en la que miles de lugareños trabajaban casi en condición de esclavos, es así que Diego Quispe, un poblador de la zona, logró huir una madrugada mientras sus 'patrones' dormían. A la mañana siguiente no tardaron en descubrir su aparición y sus captores salieron a buscarlo a pie y en caballo, la distancia que Diego había recorrido no era mucha y ya estaban a punto de encontrarlo, es cuando se encaramó en una formación pétrea, donde llorró sus suerte y se dedico a orar pidiendo que no lo encuentren. La historia cuenta que los españoles pasron por su lado y no lograron verlo, un milagro había ocurrido en ese instante, Diego logró escapar no sin antes ver la figura de Cristo Martirizado, lleno de latizazos y marcas de abuso, Diego pensó, este es el Dios de los oprimidos y prometió volver. Al poco tiempo Diego volvió con toda su familia y logró hacer pintar la visión que tuvo, justamente en la roca en la que se aguareció, hasta el lugar llegó un montón de gente con él y se llevó a cabo la primera peregrinación hasta lo que sería el Santuario del Señor de Huanca.
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